Perder a mis dos preferidos de la música internacional como lo eran Bowie y Prince en apenas 3 meses fue(es) un chiste demasiado cruel. El ver las reacciones de la gente y de sus pares por internet solo alivia el dolor en un 5%. Pero algo es algo...
Me crucé en estos días con imágenes de tatuajes y de cosas varias que me recconfortan por un rato y que me hacen pensar que no estaba tan equivocado en mi elección musical conjunta.
Y de paso me siguen liberando de la escritura, de la cual hoy no tengo tantas ganas.