El último gran amor de Julio fue Carol Dunlop, escritora y fotógrafa canadiense que conoció en Montreal en el año 1977, en una fiesta luego de dar sus típicas conferencias sobre latinoamérica y su situación social y literaria. El amor superó los 65 años de él y los 31 de ella. Pero esa, no es la anécdota...
Unos cuatro años después, en Mayo de 1982 y luego de un mes de casados, decidieron hacer un viaje lúdico en la autopista que unía París con Marsella, solo para hacer luego un libro escrito por ambos sobre la experiencia.
Las reglas eran que no podían salir de la autopista hasta visitar las 70 estaciones de servicio (parkings) que separaban esas ciudades, visitando 2 por día con la nueva camioneta (una vieja Volkswagen casi destartalada) adquirida para el evento. Es decir que durante 33 días, vivieron en dicha autopista solo escribiendo, leyendo, dibujando o durmiendo la siesta bajo los árboles.
"Ya hemos vivido en diez parkings y del décimo te escribo.
La moral es alta, la salud también, en la mayoría de los casos encontramos lugares secretos en el fondo de las arboledas que los otros turistas, siempre convencionales, parecen temer, pues se quedan amontonados cerca de los baños y los tachos de basura, ansiosos de devorar sus malos sándwichs, soltar cinco minutos a los niños y los perros (que, ellos sí, suelen venir a visitarnos como cómplices furtivos y cordiales), y al igual que los camiones y los autocars, lanzarse de nuevo a la autopista como leucocitos en una vena."
La moral es alta, la salud también, en la mayoría de los casos encontramos lugares secretos en el fondo de las arboledas que los otros turistas, siempre convencionales, parecen temer, pues se quedan amontonados cerca de los baños y los tachos de basura, ansiosos de devorar sus malos sándwichs, soltar cinco minutos a los niños y los perros (que, ellos sí, suelen venir a visitarnos como cómplices furtivos y cordiales), y al igual que los camiones y los autocars, lanzarse de nuevo a la autopista como leucocitos en una vena."
La única "trampa" que se permitieron fue que algunos amigos les podían alcanzar en algún punto establecido de antemano, provisiones como para "variar" la dieta que era casi siempre la misma.
Querían descubrir según ellos, lo que los turistas obviaban por su apresuramiento y sino tan solo, encontrar nuevos temas para futuros cuentos. 800 kilómetros en algo mas de un mes.
Lo que no sabían ellos es que ese paseo entre infantil y romántico, iba a ser casi el viaje de despedida. Ella fallece unos pocos meses después por culpa de la leucemia.
"A ella le debo, como le debo lo mejor de mis últimos años, terminar solo este relato.
Bien sé, Osita, que habrías hecho lo mismo si me hubiera tocado precederte en la partida, y que tu mano escribe, junto con la mía, estas últimas palabras en las que el dolor no es, no será nunca más fuerte que la vida que me enseñaste a vivir, como acaso hemos llegado a mostrarlo en esta aventura que toca aquí a su término pero que sigue, sigue en nuestro dragón, sigue para siempre en nuestra autopista".
Bien sé, Osita, que habrías hecho lo mismo si me hubiera tocado precederte en la partida, y que tu mano escribe, junto con la mía, estas últimas palabras en las que el dolor no es, no será nunca más fuerte que la vida que me enseñaste a vivir, como acaso hemos llegado a mostrarlo en esta aventura que toca aquí a su término pero que sigue, sigue en nuestro dragón, sigue para siempre en nuestra autopista".
Luego él, deprimido y ya sin fuerzas por este hecho, logra publicar Los autonautas de la cosmopista antes de morir, también de leucemia, en 1984 y ser enterrado junto a Carol, como era su último deseo.
"La muerte me ha golpeado en lo que más amaba y no he sido capaz de levantarme y devolverle el golpe con el mero acto de volver a vivir.
Hay momentos en que lo único que tiene realidad para mí es la tumba de Carol, donde voy a ver pasar las nubes y el tiempo sin ánimos para nada más".
Hay momentos en que lo único que tiene realidad para mí es la tumba de Carol, donde voy a ver pasar las nubes y el tiempo sin ánimos para nada más".
La anécdota final es que ambos sabían que el otro estaba enfermo, pero por el amor que se tenían y el cuidado mutuo, no se lo dijeron nunca el uno al otro...
Gran libro, muy surrealista. Son interesantes los relatos interpolados y las apariciones de Calac y Polanco, personajes de 62/modelo para armar.
ResponderBorrarCon respecto a la perdida que sintió Cortazar, el libro lo describe elocuentemente en el epilogo. Y en la ilustración final.
todavía no lo leí pero ya lo voy a hacer amigo... buenos datos... abrazo...
Borrarno tenia idea de esta historia
ResponderBorrarme sorprendio mucho lo de la autopista
yo la conocí hace muy poco y me gustó esa idea de disfrutar de una forma distinta...
BorrarEs un buen momento para una relectura, pero lo recuerdo como un libro mlleno de alegría. Quizás el más cómico de Cortazar. Lo que dice el Demiurgo es cierto, aparecen personajes de 62 modelo para armar.
ResponderBorrarDespués de la relectura paso a recomentar
Abrazo!
me lo acabo de comprar... así que después te digo tambien...
BorrarPreciosa historia que no conocía. Nos demuestra que no se necesita tanto para vivir plenamente el amor, y que ese esparcimiento o tiempo pausado es absolutamente necesario, aunque sea sólo una vez... Saludos
ResponderBorrarmuy bella sí... y muy Cortázar también...
Borrarsalu2, me voy para tu blog...
yo lo leì hace un monton... por ahi no es el mejor cortazar, pero la historia es muy bella, porque las historias de amor verdaderas nos convocan. Uno de los cuentos de cortazar, tal vez de los mas conocidos, es La Autopista del Sur. Se ve que las autopistas lo podian. Transforma algo que ahora se llamaria un "no lugar" (los shopping, los aeropuertos, los bancos" en un lugar. ¿como se hace eso? Poniendole una mirada con significado en un sitio que no se mira.
ResponderBorrarmuy buen comentario Nilda... es que Julio es un genio también, hace magia con cosas cotidianas y sin importancia como un embotellamiento o una gota de lluvia...
BorrarEste comentario no tiene relación con el posteo, así que podes no publicarlo.
ResponderBorrarTe recomiendo este posteo de otro blog, con la participación de Mara Laira, como invitada.
http://flinenlalibretita.blogspot.com.ar/2013/12/356_22.html#comment-form
un comentario es un comentario master... me paso entonces por ahí...
BorrarHola fan, me llenaste el alma con la entrada. Y son lindas palabras para reencontrarnos.
ResponderBorrarAbrazo de hobbit.
te fuiste con el alma llena entonces ja.... y entraste al top comentaristas! y eso que no pasas desde hace meses... abrazo bajito entonces...
BorrarSólo pasaba por aquí para desearte unas felices fiestas y un próspero 2014.
ResponderBorrarQue no me olvido, aunque esté un poco despistado con esto de los blogs.
un abrazo.
siempre estas Senses, pases o no... abrazo grande y felicidades también para vos....
BorrarMe encanta tu blog, tienes tanto conocimiento, vengo a dejarte un saludo navideño desde el Blog de Boris Estebitan, que la pases muy bien en estos días navideños, saludos.
ResponderBorrarmaster! gracias y felicidades para vos también genio... salu2...
BorrarHermoso, simplemente.
ResponderBorrarEl hecho del viaje me hace acordar al cuento "La autopista del sur" que abre el libro "Todos los fuegos, el fuego" donde habla de gente varada en una autopista varios días.
La entrada y la historia que contás, son excelentes. Gracias :)
Saludos!
Parado en el Abismo
si Pablix, mezclé el título de la entrada con ese cuento que no son lo mismo, pero algo tienen que ver como decís vos, aunque sea esa obsesión de Julio con las autopistas... abrazo y gracias por pasar...
BorrarImpresionante historia, digna de un genio literario.
ResponderBorrar¡Felices fiestas, JLO!
gracias master y felicidades para vos también!!!
BorrarUna Historia de Amor INCREIBLE. desconocia este hecho de la enfermedad.Lo del libro esta buenisimo, no se si estar en estaciones de servivio, pero detenerse en cada pueblo o ciudad cuando uno viaja estaria bueno para hacerlo
ResponderBorrarsalu2 viaja2