Para finalizar con los recuerdos de Julio, por que no hacerlo con uno de su gran amor, Carol, hablándonos de un cuento y de la fotografía en sí.
Pasa un ángel. Fafner bajo los árboles. Una cuerda de secar tendida y bien llena. A lo lejos, una aldea cuyo campanario parece vacilar en la bruma de la tarde. De este lado una mesa en la que hay máquinas de escribir, libros, papeles, estilográficas, tazas de café. La tarde avanza, no avanza.
Sin saber por qué, la luz me recuerda la existencia de un comienzo de cuento borroneado en el curso de una conferencia en Poitiers, y que debería estar todavía en mi bolso. Sorpresa al releerlo, después de haber pasado buena parte de la tarde reflexionando sobre la fotografía, manera de ver, modo de ver, de forzar el desgarramiento de una realidad con frecuencia demasiado superficial y quizá incluso engañosa, si la mirada no es más que un vistazo negligente y pasajero:
Se trataba del ángel de Poitiers, auténtica criatura de la luz. Todavía no estoy segura de que aquellos que estaban conmigo en el restaurante lo hayan visto realmente. Sólo la fotografía, acaso, y yo no llevaba mi cámara, hubiera podido darlo a ver como lo vi.
¿De qué manera se opera esa transformación, ese pasaje del poder subjetivo del ojo a lo que es fotografiado? No se trata solamente de una cuestión de técnica sino, para empezar, de saber ver, y luego de impregnar con la misma mirada la «realidad» objetiva.
Así como la literatura no puede explicarse por el simple manejo de las palabras —puesto que por lo menos en las sociedades que llaman desarrolladas toda la población adulta dispone de «técnicas» de la lengua escrita—, tampoco puede explicarse el atractivo y la magia de la fotografía por los conocimientos técnicos.
En el fondo, ¿no participan el fotógrafo y el escritor de un mismo proceso, sólo que utilizan útiles diferentes? Pero la transformación de la historia del ángel —hacerlo pasar de la foto que no fue tomada a la ficción escrita— llevaría todavía tiempo.
Hay que conseguir la expresión no solamente la figura, saludos
ResponderBorrarno se is dice eso Silvo, pero me gustó su mirada sobre le tema.... salu2...
BorrarCortázar la llamaba la Osita. Se nota en Los autonautas de las cosmopista que era su gran amor.
ResponderBorrarEl texto es muy cortazariano, como si ella hubiera sido influenciada por Cortázar.
es verdad y él era el Lobo... ¿y como no estar influenciada por él no? imposible.... abrazo master...
Borrarque lindo homenaje!!
ResponderBorrarsaludos
gracias Karin! salu2 también...
Borraramor entre gente inteligente....hermosas fotos, no las conocia....amigo buen finde y de paso decime que `'esto no es real https://www.youtube.com/watch?v=A1MCNtYd-y0
ResponderBorrarme cagaste la tarde Geraldine, si yo vivía feliz sin conocer esta música! y para colmo me llevó a esto, te odio (sabelo): https://www.youtube.com/watch?v=UWapcj9-vOM#!
BorrarHe disfrutado leyendo y aprendiendo. Y esa foto de Cortázar con el cartucho y su cara contenta...qué tierno!
ResponderBorrarBesos
muy lindas si, no me costó elegirlas.... besos Virgi...
BorrarHola. Me gusta mucho la reflexión sobre la fotografía y la literatura, ya que en sus primeros años de existencia había un debate sobre si la fotografía era una versión degradada de el arte, y una de las causas para que, lo que consideraban en ese tiempo verdadero arte, la pintura estuviera en decadencia. Algo totalmente absurdo si lo discutiéramos hoy en día.
ResponderBorrarEn fin... muy buena entrada.
Saludos, que tengas excelente día.
cierto, leí alguna vez sobre eso... y creo que la combinación perfecta es el cine que contiene a todas las ramas incluyendo la fotografía... salu2 master!!!
BorrarGracias por dejar tu artístico comentario, lo voy a responder!
ResponderBorrargracias a vos por empaparnos de las cosas buenas
gracias Recomenzar! besos...
Borrar¡Que mujer debe haber sido para merecer la atención del gran Julio!
ResponderBorrarMuy bueno, claro que fue influenciada. Y al revés me parece.
Abrazo
divina sería, si estaba con él debería ser así... abrazo de Oso...
BorrarMe parece que ella se influenciaba con la literatura de él y él en esa época escribió más fotográficamente que nunca.
ResponderBorrarAbrazo!
era como mas detallista Julio? eso queres decir? yo no lo leí tanto todavía como para notar alguna diferencia... abrazo....
BorrarPrecioso, nada que añadir. Pero sí una observación de los que amamos la fotografía. Cuando nos empeñamos en sacar una instantánea concreta, que nos obsesiona especialmente, nunca estamos del todo satisfechos con el resultado... precisamente por la carga de subjetivismo que implica la fotografía. Abrazo!!
ResponderBorrares difícil eso de estar conforme... yo a veces la veo pr le visor de la cámara y digo que es genial, después en la computadora no me lo parece y al revés con otras... somos inconformistas a veces ja....
Borrarpero eso sí: uno "ve" las fotos en el momento justo, 2 segundos después me parece que se perdió o ya es otra cosa distinta... te pasa eso en la calle o donde sea Manolo? abrazo primo...