Si hay algo que me sobra son ídolos. Gente del arte que quiero tanto que hasta los considero casi familiares. Y si hablo de él ya no sé por donde empezar, lo siento como uno de mis grandes preferidos. Y en todo ese sentido amplio porque hasta su vida personal respeto y valoro y eso ya me pasa solo con muy pocos en esa lista personal.
Y ese respeto a él y su música me lleva a no poder escucharlo de casualidad y menos usarlo de fondo como distracción para hacer otra cosa. Merece mi tiempo, la atención necesaria y hasta un estado de ánimo especial porque si estoy mal o bajón, Luis me termina de hundir. Spinetta en sí es un estado de ánimo para mí.
No quiero entrar en más exageraciones y entonces me esfuerzo a finalizar la entrada ya, de la manera mas simple para representarlo y por el hecho de no poder hacer nada a la altura de la lucidez notable de su arte y de la nobleza de su persona.
Gracias Luis, gracias totales por hacer mejor mi vida.