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miércoles, 4 de agosto de 2021

El cielo de los peronistas - Cuento




          Cuento de Pablo Torres de la web Hel-echo maldito del 2018 que reproduzco enterito en el blog de puro gusto. Representa el sentir peronista con todo su desfile de personajes icónicos. Muy extenso para los estándares de lectura de un blog pero quiero "tenerlo" por su genialidad. Y además de lectura argentina porque se pierden muchas referencias sino. ¡Perdonen blogueros!

          PD: Se aconseja acompañar su lectura descalzo, escuchando a Los Redondos y comiéndose un rico choripán.


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          Este es un cuento sobre un cuento, es decir un meta-cuento. En el futuro (quizás) se escriba una historia que suceda en el cielo de los peronistas. Si tienen un par de líderes muertos, una jefa espiritual, decenas de artistas, cantantes y deportistas, cientos (o miles) de mártires, un himno, entre otras cosas… también tendrán un cielo, pensé. Nadie que creyera en Dios estaría en condiciones de negar la existencia de ese edén peroncho. Y menos ahora cuando parece que hasta un Papa fue peronista.

          Si se da por válida la existencia de ese cielo, podrá decirse que también habrá un infierno. Superpoblado, por supuesto. No me atrevo a negar ni su existencia ni su superpoblación. La desmesura es peronista y de desmesurados estará lleno el infierno, ese y todos los otros que pudieran existir.

          Pero este es un meta-cuento del cielo. No niega la existencia del infierno, aunque no se habla de él, porque la historia que en alguna otra oportunidad se contará ocurre en el paraíso. No faltarán ocasiones para narrar los hechos que se suscitan en el averno. Volviendo al cielo, es de suponer que debe ubicarse en algún lugar concreto. La abstracción no es peronista, así que tendrá que estar situado en un espacio físico perfectamente identificado. Un lugar donde se crucen los dirigentes y la muchedumbre, la puteada y la sonrisa, un lugar donde estuvieran felices de estar juntos y comieran choripanes con vino, lo que no es sino otra forma de la felicidad.

           El lugar de los muchos. La Plaza de Mayo. Aún sin rejas. También podrán decir que esa plaza fue escenario de la tristeza más atroz: allí los aviones que debían defender la Patria bombardearon al pueblo en 1955. Sí, así fue, pero el cielo de los peronistas no elude la tristeza, aunque milita con fervor la alegría. Por supuesto, será la vieja plaza, con fuente y todo, como para meter las patas cansadas después de la larga marcha. Meter los pies en la fuente fue apenas un hecho fisiológico, una simple refrescada de patas, interpretada luego como provocación. La provocación es peronista. Los hechos fisiológicos, también. Así que el espacio físico del cielo de los peronistas será la Plaza. Con muchedumbres que llegan por las Diagonales y por la Av. de Mayo. Multitudes que coinciden en algo, en poquito, en lo mínimo, y después discuten a los gritos por sus muchas, vigorosas, diferencias. Discutir, pelearse, putear al compañero, es tan peronista como declamar Lealtad, así con fingidas mayúsculas.



           ¿Quién es el dios del cielo de los peronistas? ¿Qué valores premia ese dios de la grasada? ¿A quiénes permite ingresar a su edén? Cuesta responder dudas aparentemente tan sencillas. Tienta decir: “muchachos, éste es el cielo de los peronistas, así que el que vino hasta aquí y tiene ganas de entrar, entre”. Pero los guardianes de la ortodoxia no estarán de acuerdo: -Aquél, ese flaquito barbudo es un zurdito, no es peronista, saquémoslo. El uso del inexistente peronómetro, es peronista. Todo peronista es más peronista que el resto de los peronistas. Éste será un cielo sin portero: ¿a quién sacrificar en un rol que implica continuas discusiones y peleas, enojos y desgastes? Salvo que el famoso peronómetro apareciera y el San Pedro de los cabecitas negras lo tuviera en su mano, para franquear la entrada, o no, según los dictados de ese aparatito. Así que, por ahora, mejor que entren todos y después se verá como resulta.



           ¿Y el dios? Carajo. Tendría que ser el mentado Juan Perón. Pero algo cruje, demasiado pícaro y terrenal para fungir de deidad. ¿Si no es dios, qué hará Perón en aquel cielo? No es una duda tan importante, el líder se mantendrá ausente, apareciendo cada tanto desde el balcón de la Rosada para enardecer a la masa o bajar línea con un discurso que cada uno de los que están abajo, sobre la Plaza, interpretará como desee. Interpretar las cosas como más convenga, es práctica peronista. Putearse entre compañeros por quién es el mejor intérprete… también.


         En la Plaza, en el cielo, ocurren eventos felices. Todos a la vez, mezclados, revueltos, como en una gran fiesta. No puede ser de otra forma, porque la felicidad es peronista. Algunos morochos hacen un asadito resguardados en la recova de la Catedral. La monada goza la impertinencia, mientras humea el ingreso a la iglesia del Dios de los católicos, que está lindera al cielo peroncho, pero no es parte de él. Alguno canta, una guitarra criolla entona un tango y la voz del cantante, al que escucho pero no veo, suena conocida. Lo es.

          Entre los impertinentes que asan carne a la parrilla humeando la Catedral está el cantor. “Al mundo le falta un tornillo –frasea- que venga un mecánico a ver si lo puede arreglar”. Subraya la palabra mecánico con el gesto de elevar sus dos manos abiertas: el saludo del General. Gozar la impertinencia, es muy peronista. Trato de identificar al cantor: ¿quién iba a ser? Julio Sosa. El fuego quema demasiado oscuro, se lo digo al morocho que hace el asado. Dice que sí, y se ríe. Se ríe y le grita al resto de los parroquianos: “Acá el compañero dice que la leña está quemando muy oscuro”. La carcajada es generalizada. El guitarrista deja de tocar, Julio Sosa mira y con su voz límpida sentencia: “en éste cielo, compañero, los asados se hacen con piso de parqué”. Los gritos atronadores festejan la ocurrencia, la guitarra vuelve a sonar. El piso de parqué es de otros, pero su uso como leña para asados, es peronista.


           El sol brilla, los de la recova de la Catedral siguen escuchando a Julio Sosa, pero más allá se distraen, ajenos al tango. En el vértice Este de la Plaza, improvisan un cuadrilátero con cuatro camisas, una en cada esquina. Los púgiles imaginan el Luna Park repleto, que está ahí nomás a pocas cuadras. Escuchan el aliento que baja de la popular, ni miran a la platea, la desprecian. Un negrazo de camisa y pantalón de grafa marrón clarito golpea un tacho de aceite YPF viejo con un palo: suena la campana. Los púgiles se encuentran en el centro del ring, se saludan y comienza el combate. Intercambian golpes. El ring side está repleto. El Mono Gatica, fuma un habano, sentado sobre un tronquito; Nicolino y Acavallo miran y conversan. El morochón de camisa de grafa señala, con otro golpe al tacho, que terminó el primer asalto. El Mono hace la inequívoca seña de “después te la doy” a un negro grandote. Demasiado grande para vos, Gatica.


          El segundo round ya está en marcha. La multitud festeja un cross a la mandíbula del púgil de pantalón negro, se amuchan contra las sogas imaginarias del ring. -Es aquél –señala al negro un pibito de pantalones cortos mostrándoselo a otro, un poco más grande que él. -¿Qué hace acá? –pregunta el otro, incrédulo. “Se lo ganó” dice
Tito Lectoure. Mohamed Ali en el cielo de los peronistas, cruza fanfarroneadas con el Mono Gatica. La escalada verbal crece, el público se desentiende del combate y vuelve su cabeza hacia el ring side. -Vení que te hago mierda –le dice el Mono, el otro contesta algo en inglés, que nadie entiende. Chamuyar en inglés no es peronista, pero todos advierten que el negro no se achica. Cuando quedan cara a cara, Ali mira desde arriba y Gatica, sin mostrar miedo, le sostiene la mirada desde abajo. Mirar desde abajo, es peronista; sostener la mirada, también. Hasta los que pelean abandonan el combate y se asoman. La tensión crece con las dos caras separadas apenas por centímetros, el silencio es sepulcral hasta que el negrazo de ropa de grafa lo rompe: -¡¡¡Viva Perón, Carajo!!! Gatica suelta su sonrisa: “dos potencias se saludan, grone” y le estampa un beso en la mejilla al negro que un día perdió su título de campeón del mundo de los pesos pesados, por no querer ir a una guerra contra un pueblo pobre. Después se da vuelta, aprovecha que el otro no manya el castellano, y dice en voz bien alta, como para que lo escuchen todos: “cómo se achicó el grone!!! La biaba que se comía no iba a tener nombre…”


          -Che… ¿y Evita?


          Leonardo Favio sueña. Sus sueños son como películas que pueden filmarse. Y cuando filma, sus sueños se hacen los sueños de todos. Leonardo Favio sueña, como antes soñó a Gatica, al Aniceto y la Francisca, al niño solo. Sueña. Unos cuatro o cinco tipos en mangas de camisas, sentados en lo que alguna vez fue el césped de la plaza, lo rodean. Favio les cuenta su sueño, o su próxima película, lo que es lo mismo. Es otra historia de dioses sucios. A Favio le disgustan los dioses perfectos. La imperfección es peronista, los dioses sucios se amontonan en este cielo, el chapoteo en el barro de las calles de tierra de los barrios los atrae más que las luces del centro. Favio sueña con un negrito pobre, nacido en una villa, que hace jueguitos con la pelota. El cura Mugica, que ama a los negritos nacidos en la villa, lo escucha, y dentro de su cabeza corren las imágenes, como en celuloide. La película de Favio se proyecta en su mente. El cura rubio escucha (ve) la historia del negrito que juega al fútbol. Su gol a los ingleses es un gol peronista. No el de la corrida larga esquivando rivales. No, ese no. Demasiado limpito, de tan bello se vuelve poco peroncho. El que relata Favio es el otro, ese en el que alza la mano, la disimula, la esconde, pero toca la pelota y el arquero inglés no entiende nada, porque el balón de pronto aparece en el fondo del arco. Detestar a los ingleses (y a sus hijos, los norteamericanos) es peronista. Tratar de burlarlos, como sea, también. Favio lo cuenta, y el cura rubio que ya estaba en éste cielo cuando el negrito alzó el brazo y tocó la pelota sin que el árbitro lo viera, se entera ahora. Y se caga de risa, el cura se caga de risa. El loco Houseman y Orestes Corvatta también. Ellos también fueron el negrito pobre que juega a la pelota en la villa, los dioses sucios del panteón de los imperfectos. Favio los mira reírse a carcajadas y sabe que su sueño es una bella película.


          -Che… ¿y los fusilados de José León Suárez?


          El cielo de algunos es el infierno de otros. O en otras palabras: el cielo de los peronistas sería un infierno para los gorilas. “¿Vas a poner gorilas en nuestro cielo?” se ofende un compañero:  -No seas hijo de puta, no nos arruines así –se queja- nos bancamos la gorilada desde el primer día, ya el 17 de octubre nos acusaron de aluvión zoológico, no nos cagues el cielo eterno... –ruega.  Le hago caso. El cielo de los peronistas no tiene un anexo “infierno de los gorilas”. Sólo hay uno, un gorilita aislado, que camina por la plaza con evidente depresión. Ese no se podía salvar, así que está. Deambula… Escucha los cantos, se asoma al picadito de fútbol donde Corvatta juega con Garrincha.


          -¿Garrincha está en el cielo de los peronistas? –pregunta el compañero, curioso. -Por supuesto, ¿dónde va a estar? Pelé no, los negros blanqueados no tienen lugar en éste cielo. El gorila, único, sufre su infierno viendo la alegría de los grasas que juegan al truco o discuten de política, y bailan tango o cumbia, según su edad.

         -¿Quién es el gorila solitario? –se impacienta el compañero. Camina, sin rumbo fijo, vestido con chaqueta de tweed, sin hablar con nadie. Todavía tiene las manos sucias de pintura blanca, nadie lo reconoce porque fue anónimo. Es el pequeño energúmeno al que se le ocurrió pintar en una pared de Buenos Aires “viva el cáncer”. El rencor no es peronista, pero el hambre de justicia, sí. La memoria, también.


         -Che… ¿y los muertos en el bombardeo a la Plaza de 1955?


         -Parece un cielo misógino, rezonga una feminista peroncha. Tiene razón. Ya dijimos que es un cielo imperfecto: demasiado macho junto. El patriarcado es peronista, su demolición… también. Evita no permitiría la misoginia: en el cielo de los peronistas mandan las minas. Es el reino de lo diverso, con minas, tortas, trolos, transexuales y cuanta definición sexual más quiera inventarse. Los ortodoxos miran, reacios, pero evitan hablar -como no sea en voz baja y lejos del oído de la Abanderada-. Si los escucha… habrán comprado un boleto hacia el infierno.


           Por la avenida de Mayo ingresa una columna. La bandera que portan, en tela celeste, letras negras con la típica imagen de los perfiles de Perón y Evita casi superpuestos que aparece en todas las boletas electorales, tiene la estética de muchas en la Plaza, pero su contenido es al menos extraño para el machismo reinante. Dice la bandera: “Putos peronistas. Tortas, travestis, trans y putos del pueblo”. Abajo, en letras más pequeñas transcribe una estrofa de la Marchita: “…para que reine en el Pueblo el amor y la igualdad”. Si, como se dijo anteriormente, la provocación es peronista, los putos peronistas hacen estallar el aún no inventado peronómetro. Evita aún no las vio. Recién entran a éste cielo, pero ni bien las vea, correrá a pararse debajo de esa bandera, con las tortas, travestis, trans y putos del pueblo. ¿En qué otro lugar del cielo es posible imaginarla?


         -Che… ¿y Néstor?


          En éste cielo de peronistas no hay gorilas. Salvo uno, ya lo dijimos. ¿Pero hay no peronistas? ¿Y pre-peronistas? El Che o Alfonsín, para el primer caso o Yrigoyen para el segundo. Pueden tímidamente sumarse, caminando por los costaditos de la Plaza. Jauretche y Scalabrini. Alberto Castillo. Jhon William Cooke y Rodolfo Walsh. Roberto Arlt y Quinquela Martín. Discepolín

           ¿Cristina, el Indio y Maradona?, por supuesto… esos tienen espacios asegurados, pero todavía falta para que lleguen. La parca no es peronista, y no es cuestión de darle ideas.


          Listo. La infraestructura básica está completa. Sólo falta diseñar la trama. Será una historia de amor. ¿Qué otra cosa puede suceder en el espacio de los muchos felices? Busco mi cuaderno “Gloria” y una birome azul, en el primer renglón escribo el título: “El cielo de los peronistas”










42 comentarios:

  1. Hola JLO, jajja bueno que me lo he leído y como cuento vale, está bueno.
    No voy a opinar de política ni me voy a definir como tal o cual ..
    Solo digo que nos falta mucho crecimiento y desarrollo como país, mucho aprendizaje , que últimamente la política divide familias mas que antaño( porque siempre sucedió pero creo que ahora más), se dan fanatismos que no consideran otra opinión o punto de vista y eso no está bueno.
    Creo que la inteligencia tiene que ver con poder aceptar de cada partido, persona, propuesta aquello que en verdad puede ser viable y redundar en un bien común.. de lo contrario no sirve. Es un tema que da para hablar muchísimo , pero en política cada quien tiene su punto de vista y de allí no mueve aunque se venga un tsunami,justamente por eso no me agrada.
    Te dejo un abrazo y me parece bien compartir desde nuestros blogs aquellas cosas que consideramos interesantes..aqui mas de un argentino se hará un festín jajajja

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    1. No se puede ser tibio Eli, todos tienen un punto de vista y ya somos grandes como para ocultarlo. Son formas de ver la vida, sentires y si no se está de acuerdo también sirve para conocer al otro. No llegar a pelearse claro pero discutir las ideas si se puede. Uno debe estar contetno con lo que elige, ese es mi caso. Besos para vos.

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  2. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

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    1. Antes de criticar deberías haber leído aunque sea 4 palabras de la entrada. En esas dice Pablo Torres.

      Una falta de respeto lo tuyo. Un boludo bah...

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  3. Woow... Es fascinante. Ocuparemos La Plaza, a través de este meta cuento, compañero.
    Saludos fraternos.

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    1. Jaja ocupémosla entonces Sara... besos para vos!

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  4. JLO:
    creo que la política en Argentina está tan revuelta como acá, en España. Y es una lástima. Los políticos deberían buscar la cohesión y buscar puntos comunes. Hacen lo contrario.
    En fin.
    Salu2.

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    1. Siempre está revuelta la política y es verdad, somos parecidos en eso también. Puntos comunes es una utopía, son dos miradas distintas, antagónicas en general en todos lados. Solo hay que votar al que coincide con tus principios y forma de ver la vida, es fácil. Saludos master.

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  5. Bien descrito. Un cuento bien peronista, no hay duda. Y sin ser gorila, tampoco estaría en ese cielo
    =)

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    1. Al infierno entonces Neo jaja... besos para vos Mónica!

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  6. Lo he leído descalza y comiendo galletas. Muy buen cuento. Saludos JLO.

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    1. jaja perfecto Sandra, así se disfruta más... besos!

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  7. Interesante entrada. Podría ser "Peronismo explicado a los europeos".
    Se lo enseñaré a mi amigo Sergio (el de Mar del Plata, ya hablé de él) que se define como "Más peronista que el 17 de octubre".
    Saludos, JLO!
    Borgo.

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    1. ¡Qué grande Sergio! Mandale saludos al buen Sergio, Borgo, que hace tiempo que no hablas de él
      Seguro se llevaría perfecto con Axel.

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    2. Hay uno más peronista que yo incluso? me llevaría bien con Sergio entonces ja, abrazo!

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  8. Qué fue antes: el Peronismo o la Argentina? Son indisolubles y en términos Borgeanos diría "los juzgo tan eternos como el agua y el aire..." no puede existir el uno sin la otra parte.
    Ahora, desde el punto de vista ideológico (aunque mi voto siempre ha sido de izquierdas) siento parecido a Voltaire: "no pienso como vos pero daría mi vida para que lo sigas pensando". No me imagino un mundo de iguales. No creo que sea posible y además sería inviable. La existencia de la acción y la reacción es inevitable.

    Abrazo gigante, JLO.

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    1. Ja que reflexión, me gusta, es parte de nuestra identidad. Un punto y parte: sos o sos contra, no se puede escapar de eso. Mi peronismo es de izquierda, sabés que cada uno se arma el suyo imaginario jaja. Abrazo grande master y siempre tan acertado...

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  9. Me he perdido con algunos nombres, pero me quedo con la idea principal. Muy bueno, JLO... lo he leído descalza y un té helado, estamos a 35º y aún queda la noche.

    Mil besitos de jueves.

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    1. Como te envidio con ese calorcito jaja.... beso grande y gracias por la onda Auro!

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  10. Gracias compañero por reproducirlo!!!! Un abrazo

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    1. Gracias a vos primero por esa obra maestra y después por pasar por acá, espero que te haya gustado entonces la intención... abrazo grande!

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  11. Redondos y choripán, puede ser. Descalzo se complica un poco con estas temperaturas.... pero acompañado de un buen vino puede que me anime.

    Genial el cuento. Muy Marechaliano. Y te lo repito: deberías leer a Marechal, tal vez su costado católico no te gustará demasiado pero vivió, escribió y fue proscripto, por ser tan peronista.
    Algunos otros amigos como a Dolina o José Pablo Feinman, o Capusotto y Saborido (¡y tantos otros!) los sumaría a la sala de espera de ese cielo.
    Otros próceres pre-peronistas como Rosas desde ya que estarían dentro tomando mate.
    Hugo del Carril me gustaría más que Julio Sosa.

    Sobre los Fusilados de José León Suárez ya hice varias entradas. Me gustaría que jamás se olvide ese hecho.

    https://frodorock.blogspot.com/search/label/Jos%C3%A9%20Le%C3%B3n%20Su%C3%A1rez

    Te dejo una canción de Los Piojos que deberías escuchar, si nunca la escuchaste. Del año 2000, que ya venia picante... ¡Hay que leer más a Jauretche!

    https://www.youtube.com/watch?v=7n1lG456ySI


    Me produce mucha nostalgia que el cuento se haya escrito cuando Maradona vivía.

    Abrazo peroncho, cuervo (que Boedo es barrio, tango, calle) y ricotero, mi viejo!

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  12. Creo que el blog de cada uno es el lugar ideal para tener aquello que no se quiera perder 😉

    Besos.

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    1. Si esa fue la idea principal con este cuento. Besos Devo!!

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  13. Es una manera de entender la vida, según creo. Habrá peronista smientras haya argentinos, seguro

    Un abrazo

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    1. Es una forma de vida, perfecto lo que decís Albada en este caso. Beso para vos!

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  14. A Silvina le ha gustado lo de 2En el cielo peronista mandan las minas".
    Saludos!
    Borgo.

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    1. Es que debería ser así jaja, es el cielo no se olviden. Abrazo master y saludos para ella...

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  15. Me dio fallo al comentar pero lo intento de nuevo:
    Comienzo alabado el genial encuadre del título del blog ante el micrófono de Evita, otra de tus genialidades. Respecto al texto, me falta mucho conocimiento de la cultura e historia argentina, pero gracias a tus publicaciones siempre me atrae la lectora sobre el peronismo.
    El texto me ha encantado y me he quedado con ganas de más, por lo que aplaudo al autor y a tu genial idea de incluirlo aquí. Bravo primo!!!

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    1. Es muy difícil entender el peronismo desde afuera porque es una mezcla de cosas y están incluidas la derecha e izquierda dentro así que imaginate. Además de que dese afuera lo pintan como dictatorial al primer peronismo y nada mas lejos de eso. El cuento es casi románico diríamos con la iconografía, cosas que los demás partidos políticos carecen a excepción de uno que hoy está oculto en las sombras ja. Demasiada información primo! abrazo grande!

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  16. Como los que me conocen ya saben, no soy el más peronista de los argentinos. Aprecio el movimiento obrero y todo lo que generó el peronismo en Argentina. Tengo mis diferencias, nada más.
    Como sea me encantó este relato tan desde adentro tuyo, pintando lo mejor de la cepa nacional del peronismo.
    Fuerte abrazo!

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    1. Ojo que yo no soy el autor Oso eh. Las diferencias las tengo yo incluso con algunas cosas del peronismo jaja, pero es lo que mejor me representa nomás. Abrazo grande cuervo!

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  17. Dices que es muy largo para el blog... ¡Olvídalo! Ahora mismo estoy preparando una crónica que voy a subir a Tigrero y se lleva sus cinco nutridas páginas con sus respectivas fotos. Así que no se hable más de eso. Pero en cuanto a lo que dices acerca de singularidades que, incluso, para nuevas generaciones de argentinos (peronistas o no) todavía no conocen ¿Cuánto más a los que no somos argentinos?
    Hay muchos nombres que tendría que buscar, pero eso de que el choripan con vino es una forma de felicidad, está genial.
    Y en cuanto a la palabra "peroncho" no la había oído, pero me gustó mucho, puede ser que haya surgido como algo peyorativo pero a mí me parece más cariñosa que el adjetivo "peronista".

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    1. Es que la gente no lee algo tan extenso, incluso yo no lo hago Alí! jaja. Uno recorre muchos blogs cuando puede y se agradece la brevedad a veces, pero cada cual escribe lo que le interesa y su extensión. Sobre el apodo es así como decís exactamente, hoy suena cariñoso. Abrazo!!!

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  18. Hiciste que me acordara de esa versión de Eva Perón que hicieron con Lisa en Los Simpsons.

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  19. Muy bueno un cuento bien peronista, debería haberlo leído mi papá!! Es una forma de vida el peronismo ... "En la Plaza, en el cielo, ocurren eventos felices" pero no tan así es para todos, la política y las diferencias son desmedidas , atroces cada vez más , destrozan familias, amigos , trabajo.
    Con respecto al post cada uno publica lo que mas le gusta y le interesa. Besos

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  20. Genial la imagen que presenta el cuento !!!

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  21. Yo nunca hablo de política...........Pero lo que si me ha gustado es la banda que recomiendas y no conocía.....Ya los tengo apuntados para oír sus discos,,,,
    Un saludo

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  22. Thanks for sharing

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  23. Ya no has publicado de nuevo, mi estimado JLO.

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Gracias por comentar!