Tiempo

 

          Lo bueno de crecer o madurar es que vas descartando las cosas que te ocupaban pero que no tienen importancia. No hay tiempo para perder y hay que aprovecharlo lo mejor posible. Me sucede con el blog. No es tanto que me cueste actualizarlo (aunque ideas no sobra ni una), pero no tengo la constancia para la interacción con los demás, parte fundamental de la dinámica.

          No sirve de mucho -para mí- postear y no visitar a los compañeros de red social, no tanto por tener comentarios (que gracias a ustedes los tengo), sino porque me parece una falta total de empatía propia. 

         Menos es más dicen así que aunque sea espaciado por acá estaremos tratando de cumplir con los amigos bloggers en sus sitios. No es obligación, es agradecimiento.  Son muchos años en este hermoso espacio que no quiero perder de ninguna manera.

Fito Páez cumplió 60

          60, que número fuerte para un hombre. Lo imagino como un momento poderoso, con todas las facultades a pleno y también con el comienzo de la decadencia varonil, del lento fade out corporal. No estoy lejos de ese número para nada pero estoy mucho más cerca de Fito y su música. Hoy él es mi máxima estrella viva, mi faro central en la columna vertebral de mi gusto musical. Y lo valoro. Y lo festejo. Y me alegra. Y lo admiro cada vez más por esa facultad de seguir siendo genial y novedoso y artista y cada vez más grande entre los grandes con esos 60 que se nota no le pesan en nada.

          "Más"  (adverbio comparativo que denota superioridad) es lo más repetido en este texto y ejemplifica el efecto de su música en mi. Son unos 60 a pleno, con 40 de música y me parecen pocos.  Dale Fito, otros 40 más, que te cuesta...



     Fito Páez - Los años salvajes