

Esta canción Queen tiene una particularidad: gusta hasta a los detractores de la banda. Es que contiene la “fórmula” Queen más efectiva. Rapsodia Bohemia también pero para muchos es demasiado larga y ardua de escuchar para aceptarla de buenas a primeras.
Las marcas que les decía son su comienzo operístico, el bajo insistente y sólido, el solo de guitarra espacial marca May y esa batería ampulosa con sonido de los 70’s y como final, los coros tridimensionales de siempre.
El ingrediente principal de la fórmula y que aúna todo en forma de "alma" de la canción es la voz y el piano (en forma de locomotora en este caso) de Freddie Mercury que haciendo honor al título, se dispara y te arrastra hasta ese final en un fade-out melódico que cierra perfecto con el inicio.
La letra es una declaración de principios y un recuento de la vida de su líder. Características propias de esos temas de Queen que uno nunca se cansa de seguir escuchando una y otra vez.
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