¿Que niño argentino no desea ser futbolista? Solo uno muy malo, un negado con la pelota, porque hasta los mediocres gorditos arqueros quieren ser profesionales algún día. Desde chico jugaba a la pelota todo el día, entonces con 12 o 13 años de edad fui desde Lanús hasta Gerli en busca de mi tarde de gloria...
Prueba de jugadores en
El Porvenir, uno de los equipos "chicos" del sur de Buenos Aires. En la cancha profesional, es decir, yo jugué en una aunque sea una vez, dos equipos sin camisetas en cancha y muchos suplentes fuera para el recambio y así ver habilidades. Mi amigo Walter, con él fui a probarme, ya jugaba en ese momento de 5 y lo hacía bastante bien.
Promediando el partido el entrenador mira a sus costados, me ve, señala con el dedo y me dice:
-¿De que jugás vos?
-De 7 le digo, con algo de timidez
-Entrá, fue la corta y rápida respuesta.
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Así exacto le pegué... |
Entré decidido y me acomodé allá bien arriba, en la punta, de 7. No pasaron 30 segundos que el arquero con pelota dominada me mira y me entrega con la mano la pelota mansa fuera del área. Yo pensé en un segundo: Este se equivocó, es la mía.
La paré en solo un tiempo, di 2 pasos dentro del área con pelota dominada y sin estar perfilado con mi pierna hábil, le pegué un derechazo con 3 dedos que se la puse en el ángulo izquierdo. Me dí vuelta con humildad, sin gritarlo porque no me gusta alardear, cuando escucho al arquero que me grita:
-¡Que hacés boludo!
Cuando escucho los gritos de gol y burlas de los que supuse mis compañeros y ahora eran claros rivales, lo entendí: había hecho un gol en contra. Todavía no había reaccionado cuando el entrenador me hace una seña de que salga y no me da mas ninguna chance. Reconozco mi error pero que falta de visión para no darse cuenta de mi ductilidad para hacer un terrible golazo.
Ok gente, ellos son los que se perdieron a un gran puntero derecho. Así les va...
Y así fue como un gol en contra terminó con mi prometedora carrera futbolística. Ojo, era bastante bueno, tengo testigos. Después seguí jugando informalmente y hasta organicé mi partido homenaje de despedida del fútbol, con mi familia y amigos presentes.
Pero esa, ya es otra historia...
PD: Ah, me olvidaba de contarles.
Mi amigo Walter sí quedó...