
Hablamos del animé japonés creación de Tatsuo Yoshida, que esperó mas de 40 años (sus 52 capítulos son del 67’- 68’) para ser hoy, el rey de las pistas. No menos difícil es el tema de recomendar el film o no.
Meteoro (Mach Go Go Go en su país de origen, Speed Racer en el norte) con sus historias naif y sus coloridas carreras fue famoso en nuestro país. Ya desde el vamos es curioso lo de los nombres porque el personaje se llama Go Mifune, por eso la M del casco y auto. Y el 5 es similar fonéticamente (en japonés) a la palabra “vamos”.
Volviendo al film, los hermanos Andy y Larry Wachowski demuestran fidelidad total a la serie de TV tanto en el guión como en la caracterización de los personajes (hasta el mismo casting parece el ideal posible). También aquí como en la serie, lo primordial de la vida de Meteoro es, además de ganar las carreras, su familia y donde la historia de su desaparecido hermano mayor (Rex Racer) cobra una importancia mayor.

Lujo visual que lo creadores de Matrix y productores de V de Vendetta suman a su currículum irreal.
Como si la estética y todo el colorido surrealista del Willy Wonka de Tim Burton explotara en una licuadora pop, así de exagerada es la sensación entre flashbacks, superposiciones, peleas kitsch y autos de cartoon (ni hablar si la vemos en el nuevo formato IMAX).
La emoción de ver la carrera del desierto, uno de los mejores capítulos de la serie, es indescriptible. Un videoclip gigante que demuestra la destreza de los pilotos protagonistas y que es además, la mejor escena del film por espectacularidad.
Todo con el sello Wachowski que mas allá de aciertos y pifies, se lo podría considerar ya cine de autor.

Ahora, los problemas de Speed Racer no son pocos. Esa estética kitsch llega a saturar en un momento dado solo por acumulación. Otro tema es su duración que atenta contra los infantes (le sobran 30 minutos mínimo) y una ideología que se queda pobre para los tiempos que corren.
Solo la historia de corrupción de un magnate y los asuntos familiares no son suficientes. Por eso no sorprende que las palmas se las lleve Paulie Litt como el hermano menor Chispita jugando chistes sencillos, junto a su compañero (y mono) Chito, queribles ambos por igual.

La última sensación luego de atravesar este parque de diversiones visual, es la de haber presenciado un híbrido. La escena final en la que Meteoro baja del auto como en la TV, debo reconocer que me pagó la entrada.
Y luego de verla, ya todos saben que el mejor auto de la historia del cine es el Mach 5 (¿O el 6?) del gran, gran Meteoro…
