

Tengo simpatía por algunos viejos boxeadores por la empatía con el personaje, como con los argentinos Bonavena, Gatica o Víctor Galíndez. El último podría ser el Roña Castro, pero no muchos más. Y todos argentinos. También me gustaba Mano de Piedra Durán pero odié a unos cuantos con Tyson a la cabeza.
Por eso valoro más el disfrute que sentí al conocer a este tal Prince Hamed. Para colmo es inglés, algo que odio pero el arte no tiene bandera. Este pequeño hombre sí que era un artista del ring sin dejar de ser una máquina de pegar efectiva pero con un gran estilo propio, un estilo nunca visto. Ni Alí ni Sugar Ray llegaron a este punto de espetákulo propuesto por él.

Peligroso e inteligente, así era este Prince Naseem Hamed en el ring, sexto de nueve hermanos, hijo de un inmigrante yemenita que en Inglaterra vendía golosinas.
No parecía boxeador porque su estilo no incluye golpes ortodoxos porque ninguno de ellos contiene la técnica clásica. Atacaba aún retrocediendo y en un raro zig zag, esquivando golpes sin defensa y siendo peligroso igual por repentización, velocidad irreal y lo más importante, una mano pesada.
Su desparpajo lo hacía ver como un bailarín con la cadera rota y espalda de mimbre. Algo extraño y atractivo de ver apoyado en una condición física insuperable. Otra cosa espectacular era su entrada al recinto como si fuera un show exclusivo, sin tener en cuenta al rival de enfrente (en verdad si, pero intimidarlo aún más). Eso incluía luces, música de boliche o rock, danza frenética y coreografía con chicas. Su entrada al ring saltando las sogas era variada y antológica.

Pero hablando solo de box, la realidad era que además de lo relatado destrozaba a golpes a todos. Los molía a golpes danzandole en la cara, los humillaba con carisma, con esa mano heavy, todo firmado con una sonrisa provocadora cargada de ego. Por eso eran tantos los que lo querían que los que lo odiaban. Igual le guste a quien le guste era distinto. Un "creador".
Y en los papeles fue campeón varias veces (peso pluma de la CMB, FIB y OMB). Se le reprochaba que los rivales no eran importantes hasta que llegó Kevin Kelley, el campeón estadounidense y donde realizaron una pelea espectacular.
Hacia el final de su carrera

GENIO Y FIGURA
Su egocentrismo no tenía límites. Grabó cds de música rap y coqueteó con la actuación en TV. Se lo siguió criticando y ningún comentarista serio (es decir anticuado) lo quería: "Eso no era box" era la muletilla.

37 peleas, 36 ganadas (31 nocauts). Durante todo ese tiempo en el que reinó Prince Naseem Hamed y su gran y distinto estilo, llegué a pensar que me había equivocado y que el boxeo tenía algo de arte.
Hoy sin él, ya no pienso lo mismo...
AQUI UN VIDEO QUE LO MUESTRA DESDE SUS COMIENZOS (18 AÑOS) Y EL MISMO GRAN ESTILO. UN GRAN NOQUEADOR, UNA ESPECIE DE CHAPLIN VIOLENTO. DISFRUTENLO...
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