BILL MURRAY

          Desconfiaba del status de gran comediante de Bill Murray. Desconfiaba de las alabanzas allá por los 80’s (Cahiers du Cinema), por considerarlas exageradas, teniendo en cuenta que sus papeles en películas de dudoso gusto (Cazafantasmas, Tootsie, Los fantasmas atacan), no habían hecho mella en mi gusto cinéfilo.

          Desde principios de los 90’s y hasta el día de hoy, este virginiano de 1,85 mts. y papá de 6 hijos, me convenció a la fuerza de buenas actuaciones de que es un señor actor. Y uno de los grandes.

          ¿Pero cuando un actor se convierte en un grande? ¿Cuándo interviene en varios films de calidad? ¿Cuándo repite sus -logrados- tics continuamente? ¿Cuándo hace la diferencia en los films en los que actúa? Quizás todo ello junto es lo que hace a Bill destacarse.

          Su lugar lo consiguió como muchos otros gracias a la TV. Lo hizo en el prestigioso y sabático SNL, donde sobresalió por su humor ácido y un rictus entre irónico y estático, a diferencia de sus compañeros, aunque durante 15 años esto lo encasillara en papeles en comedias tontas. Pero todo cambió en los 90’s.

         Que pasa Bob? (1991), Ed Wood (1994) y una del año 1996 de los Hnos. Farrelly, donde hacía de un excéntrico villano jugador de bowling, hicieron elevar su prestigio.

         Pero si hablamos de personajes clave, el suyo sigue siendo el inolvidable Phil Connors de Groundhog Day (1993) o llamada Hechizo del tiempo o El día de la marmota ¡o como se llame!), donde repetía un mismo cansino día sin utilizar morisquetas ni grandilocuencias varias (¡teléfono Carrey!).

        Hoy lo vemos repetir casi el mismo personaje, un ser parco, melancólico, tan perdido como encantador, en una especie de Buster Keaton revivido.

         Con mínimos gestos, cansino, construyendo su andar entre lo autista y lo irreal. Sofía Coppola atrapó su psiquis en Lost in Translation (2003). Wes Anderson nos hizo quererlo como Steve Zissou en Life Acuatic (2004) y en un casi cameo en Los Tenenbaums.

          De la mano de Jim Jarmush en Coffee and cigarettes(2003) y en Broken Flowers (2005), donde nos volvió a asombrar con una especie de Murray al 200%, nunca tan gélido y tan gris. Pero lo amamos en todas estas películas.

         Un paso adelante de todos sus compañeros de camada como Chevy Chase, Dan Aykroyd, Jim Bellushi, Eddie Murphy, Steve Martin y otros demases, Bill Murray se ganó el mote de ser EL rey de la comedia en estos días. Y punto.

(Para agrandar el post, un mini-foro interesante
sobre Murray de la página Zona Tomada)