viernes, 6 de julio de 2007

CUENTO DE CHAPLIN


          Único cuento conocido de la pluma de Charles Chaplin. Extrañamente dramático e influído por la guerra civil española, a la que ayudó financiera y mediáticamente.


          Sólo el alba se movía en la quietud de aquel pequeño patio de prisión -un alba anunciadora de muerte- el alba que traía la muerte del joven republicano que se enfrentaba con el pelotón de ejecución. Los preliminares habían terminado. El grupo de oficiales se había situado a un lado para asistir a la ejecución y ahora la escena era tensa, en un penoso silencio.

          Desde el primero hasta el último, los rebeldes habían conservado la esperanza de que su Estado Mayor enviaría la orden para sobreseer la ejecución. Pues el condenado era adversario de su causa, pero había sido popular en España. Era un brillante humorista que había sabido regocijar ampliamente a sus compatriotas.

           El oficial que mandaba el piquete de ejecución lo conocía personalmente. Eran amigos antes de la guerra civil. Juntos habían obtenido sus títulos en la universidad de Madrid. Juntos habían luchado para derribar la monarquía y el poder de la iglesia. Juntos habían bebido, habían pasado noches enteras en las mesas de los cafés, reído, bromeado y dedicado largas veladas a discusiones de órden metafísico. De cuando en cuando, se habían peleado por culpa de los diversos modos de gobierno. Sus divergencias de criterio eran entonces amistosas; pero por fin, habían provocado la desdicha y el trastorno de toda España.

          Y habían llevado a su amigo a morir ante un piquete de ejecución. Pero ¿para qué evocar el pasado? ¿Para qué razonar? Desde la guerra civil, ¿para que servía el razonamiento? En el silencio del patio de la cárcel, todas aquellas preguntas se agolpaban, febriles, en la mente del oficial.... No. Debía olvidar el pasado. Sólo contaba el porvenir. ¿El porvenir? Un mundo que le privaba de muchos antiguos amigos.

           Aquella mañana era la primera vez que habían vuelto a encontrarse desde la guerra. No habían dicho nada. Habían cambiado solamente una sonrisa mientras se preparaban a entrar en el patio de la prisión. El trágico alborear dibujaba unas rayas plateadas y rojas en el muro de la cárcel y todo respiraba una quietud, un descanso cuyo ritmo se unía al sosiego del patio, un ritmo de latidos silenciosos como los de un corazón. En aquel silencio, la voz del oficial que mandaba el pelotón retumbó contra los muros de la cárcel: ..."¡Firmes!".

          Al oír esta orden, seis subordinados apretaron sus fusiles y se irguieron: la unidad de su movimiento fue seguida de una pausa en cuyo transcurso hubiera debido darse la segunda orden.

          Pero algo sucedió durante aquel intervalo, algo que vino a quebrar aquel ritmo. El condenado tosió, se aclaró la garganta, y aquella interrupción trastocó el encadenarse de los acontecimientos. El oficial se volvió hacia el prisionero. Espera oírle hablar. Pero ni una palabra vino de él. Entonces, volviéndose de nuevo hacia sus hombres se dispuso a dar la orden siguiente. Pero una repentina rebeldía se adueño de su espíritu. Una amnesia psíquica que convirtió su cerebro en un espacio vacío.

           Aturdido, permaneció mudo ante sus hombres. ¿Qué sucedía? Aquella escena del patio de la cárcel carecía de sentido. Vio esa escena objetivamente: más que un hombre, de espaldas contra el muro, frente a otros seis hombres. Y aquellos otros de allí al lado, ¡qué aire tan estúpido tenían y como se parecían a unos relojes cuyo tic-tac se hubiera detenido de repente! Nadie se movía. Nada tenía sentido. Había allí algo anormal. Todo aquello no era más que un sueño y el oficial debía evadirse de él.

          Oscuramente le volvió poco a poco la memoria. ¿Desde cuándo estaba él allí? ¿Que había sucedido? ¡Ah, sí! Él había dado una orden. Pero... ¿Cuál era la orden siguiente? Después de ¡atención!, venía ¡firmes!, luego ¡apunten! y por fin ¡fuego!. En su inconciencia, conservaba una vaga idea de ello. Pero las palabras que debía pronunciar parecían lejanas, vagas y ajenas a él mismo.

            En su azoramiento gritó de un modo incoherente, con una confusión de palabras carentes de sentido. Pero quedó aliviado al ver que sus hombres cargaban las armas. El ritmo de su movimiento reanimó el ritmo de su cerebro. Y volvió a gritar. Los hombres apuntaron. Pero durante la pausa que siguió, unos pasos apresurados se dejaron oír en el patio de la prisión. El oficial lo sabía: era el indulto. Recobró inmediatamente la conciencia.

          -Alto- gritó frenéticamente al piquete de ejecución.

             Pero seis hombres tenían apuntados sus fusiles. Seis hombres fueron arrastrados por el ritmo. Seis hombres que, al oír el grito de "¡alto!"... dispararon.



14 comentarios:

  1. Director, actor, guionista, editor, musico, compositor, empresario, escritor... GENIO!!!

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  2. no sabía que se había comprometido públicamente con la guerra civil.
    he pensado mucho desde tu post sobre chaplin/keaton. creo que chaplin es más comercial y más sentimental, en el buen sentido de la palabra. keaton es más frío e intelectual.
    cité Seven Chances de Keaton pensando un poco en ti. seguro que ya la has visto, pero si aún no la has hecho consíguetela lo antes posible.

    un abrazo.

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  3. no sabía esto de Chaplin...

    cierto que el vinilo es especial...
    es el ruidito de los surcos... jeje
    Saludos!

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  4. Adoglife: y te falto mimo, gagman, político y mas...uff...

    Senses: Si, se comprometió activamente... A pesar de la perfeccion de Seven Chances, es su pelicula nº 4 en valía, asi q imaginate las demas...

    tengo TODO Keaton ja...

    Beita: no hay como el vinilo...

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  5. Excelente que hayas publicado esto, xq la mayoria de la gente lo ve "solo" como actor o director, siendo q en verdad fue mil cosas mas, como cuando digo algo de Phil Collins, y como explicarles q no es un cantante sino un baterista que canta, jeje, y arreglista, y prodcutor, y escritor, agluna vez actor... bueno, este post era de Chaplin o de Collins, jejeje. Saludos.

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  6. Lo que se llama un artista completo o un jugador de toda la cancha. Qué hermosas estas palabras de Chaplin que desconocía. Muchas gracias por este regalo. Saludos!

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  7. Es un cuento dramático pero no pude evitar trasladar el cuento a un corto en blanco y negro de Chaplin.

    De solo imaginarme a Chaplin en la escena final, me reí.

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  8. excelente! Chaplin la lleva y la seguira llevando siempre!!!

    jejeje

    Es un idolo maximo...incluso una vez tuve que representarlo haciendo el discurso de El Gran Dictador, en el colegio...


    definitivamente es un genio!

    Gracias x pasar
    http://kinettic.blogspot.com

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  9. Dardo: ya se, Collins tambien es un grande ja...

    Jorge: q buen colegio el tuyo!!!

    Budokan y Luna: thanks por estar...

    Senses: sabes q me diste la idea para un nuevo post!!

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  10. le pido disculpas muy bueno el blog.
    cambiare el nombre a la brevedad.

    lo puse un por tema del flaco del disco lalala.

    saludos

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  11. No hay problemas Mariano, ya te escribo en tu blog...

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  12. jlo: decidí guardarme un resto para el proximo post!!!!!!

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  13. Brillante.

    Pero hay que aclarar que Chaplin no era compositor precisamente. Era mas un "hummer." Como no sabia ni leer ni escribir musica, se la tarareaba a un orchestrator y este se encargaba de convertirla en musica que se pudiera interpretar.

    Me imagino que ya viste City Lights.

    Ese final es uno de los milagros del cine.

    Y por cierto, la mejor pelicula de Keaton es Sherlock, Jr!!

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