El humor argentino tuvo un antes y un después en la tv con la emisión de Cha Cha Cha, engendro ideado por Alfredo Casero. La improvisación, la gente que participaba, las ideas que adelantaban años, el carisma del propio Casero, fueron sus marcas.
Su legendario mal humor personal y errores de cálculo hicieron que nunca más el autor lograra acercarse a su leyenda. Habría que volver a verlo en el teatro donde dicen que está en su salsa y con sus mismos y entrañables personajes. Parece que el "gen" se lo llevó un tal Capusotto, participante de ese logro y del actual mejor programa argentino de humor que parece eternizarse con las mismas ideas/razones/marcas que caracterizaron al tal Cha Cha Cha.
Aquí un fragmento de una nota añeja pero actual, que los une y que los separa al mismo tiempo.
-¿De qué te reís últimamente?
- He visto cosas de Capusotto que me matan. Me encanta. Me parece que de todos nosotros fue el más popular, el que tenía más claro todo, con el que más me reí. Y es una felicidad verlo. Siempre me pinchan, viste, para ver si hay algo... Y realmente, cuando lo veo, me cago de risa. También se lo que significa hacer eso, que es un laburo de locos, que yo no haría ni en pedo.
-¿Sos amigo de él, se ven cada tanto?
-¡No lo veo nunca! Después de que nos separamos como grupo no me dan bola, no me llamaron ni nada. Bueno, cuando trabajábamos rara vez fuimos muy amigos unos de otros. Era una cosa muy particular, me di cuenta con el tiempo. Pero disfrutábamos todos de hacerla.
A Capusotto lo veo como un niño, se ríe como un niño. Está muy por sobre el resto. Triunfó. La idea de la revolución vaporesiana no era mía ni de nadie, pero buscaba que entendieran, que vieran. Bueno, lo logró. Conque lo logre uno ya está, no sé si después me querés tener de aliado o no, me chupa un huevo. El asunto es que lograste cambiar algo... Me encantaría poder encontrarme con Capusotto.... (Radar, 13/09/09)
Su legendario mal humor personal y errores de cálculo hicieron que nunca más el autor lograra acercarse a su leyenda. Habría que volver a verlo en el teatro donde dicen que está en su salsa y con sus mismos y entrañables personajes. Parece que el "gen" se lo llevó un tal Capusotto, participante de ese logro y del actual mejor programa argentino de humor que parece eternizarse con las mismas ideas/razones/marcas que caracterizaron al tal Cha Cha Cha.
Aquí un fragmento de una nota añeja pero actual, que los une y que los separa al mismo tiempo.
-¿De qué te reís últimamente?
- He visto cosas de Capusotto que me matan. Me encanta. Me parece que de todos nosotros fue el más popular, el que tenía más claro todo, con el que más me reí. Y es una felicidad verlo. Siempre me pinchan, viste, para ver si hay algo... Y realmente, cuando lo veo, me cago de risa. También se lo que significa hacer eso, que es un laburo de locos, que yo no haría ni en pedo.
-¿Sos amigo de él, se ven cada tanto?
-¡No lo veo nunca! Después de que nos separamos como grupo no me dan bola, no me llamaron ni nada. Bueno, cuando trabajábamos rara vez fuimos muy amigos unos de otros. Era una cosa muy particular, me di cuenta con el tiempo. Pero disfrutábamos todos de hacerla.
A Capusotto lo veo como un niño, se ríe como un niño. Está muy por sobre el resto. Triunfó. La idea de la revolución vaporesiana no era mía ni de nadie, pero buscaba que entendieran, que vieran. Bueno, lo logró. Conque lo logre uno ya está, no sé si después me querés tener de aliado o no, me chupa un huevo. El asunto es que lograste cambiar algo... Me encantaría poder encontrarme con Capusotto.... (Radar, 13/09/09)