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viernes, 16 de agosto de 2024

Stone Temple Pilots - Plush (Live at KROQ)

 



          Comencé a ver/escuchar esta canción en vivo de un éxito de los Stone Temple Pilots con su último cantante (que hace tiempo está y que replica al original Weirland de forma positiva) y me asombró de la forma en que la recrearon, algo que casi nunca escuché. Mitad unplugged, mitad ruidosa, pero con unos cambios que la hacen extraña, imprevisible y genial. La guitarra y sus mil maneras de rasgar y cuando suena la banda entera, agarrate.

         Puede que exagere porque es una banda que amo y que vuelvo a revisitar seguido, una de mis favoritas por su estilo de música que me suena al ideal de lo que me gusta escuchar y por ser una banda que no es la favorita de casi nadie. Quizá no exagero. Ustedes dirán...



     Stone Temple Pilots - Plush (Live at KROQ)





martes, 15 de febrero de 2022

Semana Spinetta






          Para matizar los nervios durante el partido de Nadal (que duró más de 5 horas) y viajando en tren, fui a Spotify a relajar. Escucho Spinetta porque lo tenía abandonado y porque El Flaco es para momentos especiales. Siendo sincero, me dió mucha envidia el top 5 de Manolo de todo el año que lo incluía y el mío no. 

          La anécdota es que dada mi obsesión con toda cosa que me gusta, cada vez que escuché música desde ese momento durante toda la semana lo hice solo con su música, sin excepción. Con mi lista creada de más de 100 canciones suyas casi nunca se repitió una. Coincidencia o no, llegó también el aniversario de los 10 años de su ida. Sirva el relato entonces como homenaje en este blog que lleva el nombre de una de sus canciones.

         7 días escuchando horas a Spinetta. Fui feliz en "La Feliz".
 





     Otro homenaje por esos 10 años sin/con él, con orquesta y como siempre algo maravilloso de escuchar.

     Seguir viviendo con tu amor: Concierto homenaje a Spinetta - Tecnópolis 2022





     
PD: Ojo Spotify con lo que publicàs a fin de año sobre mis gustos...



Visto en las calles de Mar del Plata

viernes, 8 de noviembre de 2019

El primer recital de mi vida



          Mi prima nos invitó a su barrio Quilmes, zona sur de Buenos Aires, para ver junto a mi hermano el primer recital de nuestras vidas. La pequeña discoteca se llamaba Electric Circus y tocaba el éxito del momento: G.I.T. (ex banda estable de Charly García).

          Apenas entrar nos dispersamos y me ubiqué frente a la banda, a la misma altura del escenario apoyado en la baranda de la escalera caracol central. Al promediar el show cede por el peso de la gente como si fuese de aluminio y se dobla hasta quedar paralela al piso. Apretados como un tetris humano, acostados uno encima del otro, recuerdo a los de seguridad sacándonos como si fuéramos muñecos. Y no mas que eso, sin pasar nada de gravedad por suerte.


          Ese hecho, junto a la alegría por mi primer show y la banda que tanto me gustaba, hizo inolvidable la experiencia. 
Por suerte hay un registro de ese domingo 13 de Abril de 1986 aunque el audio no sea el original. 



         


          PD: Una tarde unos veinte años después, estaba sentado en el tren cuando en la estación Belgrano R sube y se sienta a mi lado Guyot, el guitarrista del grupo. En los 20 minutos de viaje juntos hasta Retiro, por supuesto, ni me animé a saludarlo.



viernes, 5 de abril de 2019

Galería de favoritos 5 / Kurt Cobain


          Kurt Cobain fue un terremoto para sus contemporáneos fans rockeros. Tanto que aprendí a tocar la guitarra por sus canciones e integré una banda tributo a Nirvana tocando la batería.

          Fue el espíritu adolescente que necesité para sacar mi musa musical al frente y con el plus de hacerlo con las convicciones de un rock honesto, adulto, con guitarras distorsionadas y riffs a lo beatle. Todo un nuevo mundo en esos momentos para mi.


          Disfruté de una banda tributo nirvanera y argentina con motivo de conmemorar los 25 años de su muerte este 4 de Abril del 2019 (suena raro tanto los años pasados como el motivo del festejo, pero se lo debe recordar siempre) y me sorprendió con el respeto y la profesionalidad conque lo hicieron.

          Los Seattle Supersonic fueron una buena excusa para escuchar como sonarían los Nirvana y de paso compartirlo con mi hija mayor Gricel (también fan de la banda por herencia).





          Su carta de despedida hace ya 25 años fue el testamento final y un antes y después para toda  una generación que pertenezco. Kurt vive.






viernes, 8 de febrero de 2013

Un año sin Spinetta






          Las efemérides sirven para recordar pero no es el caso. En este lugar se lo recuerda siempre desde aquel cercano/lejano 8 de febrero de 2012. Día triste pero de reconocimiento e importancia de un artista, en mi vida, de importancia vital aunque no lo hayamos tratado nunca.

          Mirando un tributo por TV (uno de los tantostantos y tantos de estos 12 meses), por un seleccionado de músicos, escucho sus composiciones con melancolía y agradecimiento. ¿O ustedes nunca nunca escucharon a la hojarasca crepitar?



Sacándole una foto al Flaco que le sacaba una a su hijo Dante en su show solista. Estaba yo sentado justo detrás, mas alto que él, en el vip de La Trastienda. Lo escuchaba hablar con su ex esposa (mamá del Kuryaki), pero nunca se me hubiera ocurrido decirle algo, ni tan siquiera un saludo. 

martes, 16 de octubre de 2012

Fito y sus 20 años de amor





          Disco emblemático de los 90's, banda sonora colectiva, El amor después del amor mas allá de ser el disco mas vendido de la historia del rock argentino se hizo leyenda por la "terrible" calidad de sus 14 temas.

          Caso que se da solo cuando se alinean los planetas, irrepetible por la situación de un artista en su plenitud compositiva, rodeado de la gente correcta y con algo que decir. Aunque se esté enamorado, con la gracias de un amor pleno, también se pueden hacer grandes discos. No es pretencioso decir que es uno de los mejores que se hicieron por estas pampas.

         Festejarlo
con la excusa de su onomástico de dos décadas, tampoco tiene precio. Páez, de gala y trajeado de negro al comienzo y de blanco al final, no desentona en el escenario. 
Fuerte vocal y físicamente, de buen humor y contando anécdotas que vienen al caso, con una banda que suena muy bien y una vocalista estrella Adriana Ferrer made in Colombia, una especie de Macy Gray pero si estuviese buena. Mariano Otero en el bajo (músico de jazz), es un lujo y el guitarrista Dizzy Espeche sabe calcados todos los solos de los temas pero con expresión, solidez y propio estilo.

         Gente melancólica presente de todas las edades, incluso en los alrededores escuchando y viendo las 2 pantallas gigantes, en un show gratuito y con buen clima... que mas se puede pedir. Al que discuta hoy de Fito le digo que pocos (muy pocos), pueden tocar mas de 2 horas enteras haciendo solo hits, sin tema de relleno.

         Las visitas muy festejadas -en la pantalla- de Calamaro y Spinetta (momentos mágicos y emotivos), junto a las presencias físicas de Celeste Carballo, la musa eterna Fabiana Cantilo y hasta Charly García (parece perdido siempre por el escenario),  para hacer el clásico Ciudad de pobres corazones fueron un plus que le dieron mas relieve aún a una noche de goce total.

Fito para presidente señores!!...






lunes, 14 de junio de 2010

STOP MAKING SENSES, el mejor recital filmado de la historia



          Uno pensaría en otras bandas “importantes” como para hacer esta elección, pero este show-película es el más redondo, fílmico, intenso y fascinante que se haya filmado, mostrando el mejor momento del talentoso Byrne liderando a sus cabezas parlantes.


          Tres conciertos en Hollywood bastaron en el año 1983 para tener material suficiente y realizar este film, donde David Byrne ideó todo un show a manera de un story board (hizo todo el show dibujado y coreografiado!) y donde la puesta en escena es la gran estrella por la manera brillante de incorporar nuevos elementos hasta con pereza (músicos, decorados, luces, los propios asistentes), haciéndolo entre tema y tema y convertir además en una verdadera película a tan solo un simple recital de música. Pero qué show.

        El escenario es tan funcional y mágico como ascético y cinematográfico.  David se mueve con la confianza de tener todo dominado por sus canciones, en un aparente ir de menor a mayor, aunque nunca decae el nivel compositivo por estar la banda en uno de sus mejores momentos creativos. Ese icónico traje gigante de oficinista, una idea tan sencilla como inolvidable al recordar el show, complementa y refuerza la idea.

         El logro también es en parte de su director Jonathan Demme (El Silencio de los inocentes, Filadelfia) que hace físico y palpable el movimiento grupal (músicos y asistentes) sin perder detalle y sabiendo interpretar la idea madre del líder musical. Plataforma para luego convertirse en un gran director.
Funkys como nunca, los Talking Heads suenan monolíticos y con un groove que debe mucho a los integrantes negros de la banda, anexos visibles y lógicos para la pulsión rítmica que quisieron y que supieron lograr.

         A partir de su mitad, el film deja su aspecto de big-videoclip para seguir las peripecias del verdadero motor vital: el robótico líder, que se las arregla para ser genio y figura sin ser ni de cerca un bailarín (re rústico!), ni tener una gran voz, ayudado con presición rítmica del tándem sónico del bajo y la batería (matrimonio en la vida real).


         Inclusive esta pareja y para matizar, incluyen un tema (Genius of love) de su propia banda paralela llamada Tom Tom Club, que vendían mas discos que los propios Heads!

         La licencia es que no es un show “de corrido” (necesitan una cierta preparación entre canción y canción) y que hay varias sobregrabaciones “escuchables” en estudio, que no minimizan el compacto resultado final. La banda es una influencia visible en la música inglesa actual, en un abanico desde los Pixies hasta los Artic Monkeys.

        Hoy Byrne es un cazatalentos étnico y un poco snob (mas original y simpático que Peter Gabriel eso sí) y que despunta el vicio con discos como los nuevitos junto a Brian Eno y otro junto a Fatboy Slim. Sus compañeros hoy… son invisibles.


          A fin de cuentas y luego de 27 años, Stop Making Sense sigue siendo (quizás junto al también genial Sign of The Times de Prince), el mejor show filmado de la música contemporánea.






martes, 23 de febrero de 2010

SIMPLY RED en vivo en Argentina




        Concurrí a varios recitales importantes: The Cult, Keith Richards, U2, Living Colour, INXS, Daft Punk, entre otros. Incluso mis favoritos Bowie y Prince, pero en mi recuerdo el mejor de todos ellos fue uno de Simply Red en el estadio Obras, en el verano del año 1993.

          La justeza de una banda numerosa y versátil, el manejo escénico, la simpatía y sorpresa del colorado Mick por un público fervoroso y su gran voz, que le permite cantar al día de hoy con el micrófono a una distancia considerable, a más de 30 años de su debut son las razones de ese sentimiento personal. Mi pequeña desilusión pasa porque un gran tema de ellos me entero que en realidad es un cover. 

          En 1989 en el disco A New Flame incluían If You Don’t Know Me by Now, compuesto en 1972 por Kenny Gamble y Leon Huff e interpretado por los Harold Melvin and The Blue Notes.

        Mick Hucknall y sus muchachos la hicieron un número uno del chart cuando la original, que fue un éxito en su época, no pasó del tercer puesto. Ellos, con una cadencia similar al original pero mas justa, la transformaron en un clásico. Una canción emblema de su repertorio y de mi recuerdo.







lunes, 6 de noviembre de 2006

DAFT PUNK EN ARGENTINA




          Fui al festival Bue, organizado en el club Ciudad para disfrutar (y porque me gustan mucho) de los rockeros Yeah Yeah Yeahs y los tecno parisinos Daft Punk. A priori, pensé que los Yeahs tenían ventaja en cuanto al show por ser un grupo "real", una banda de rock con lo que todo eso conlleva en vivo. No es el mismo caso de los Daft, dos DJ’S disfrazados de robots e imitando una perfomance de banda. Pero me equivoqué.

          Es verdad que los franceses jugaron de locales (fueron el plato principal, con un sonido tres veces superior) pero lograron hacer del show una pista de baile gigante, con el solo recurso de su cantidad inagotable de hits y un juego de luces nunca visto en el país, no por lo espectacular o por su nivel, si no por lo funcional al espectáculo.

          Cada tema tenía sus luces y efectos predeterminados en la pantalla de fondo, en la armadura de los costados y en la pirámide donde se ubicaba esta pareja electrónica.

          Los Yeahs y su rara y vistosa cantante fueron potentes, empáticos, y se nota que son buenos músicos, pero demasiado ciclotímicos, como que su show nunca despegó. Una especie de pequeños Nirvana pero sin la pasión necesaria. Su música es interesante y el carisma de la cantante el necesario para ella, por eso cuando superen los baches propios (quizás por tener solo dos discos editados), su show será algo grande.

           Los estáticos Daft Punk y su pirámide multicolor, en contraste con la movediza masa de gente bailando (estaba lleno y como anécdota ¡se volaron las dos pantallas laterales!), haciendo un playback gigante con sus bases de temas mixturados como en una cinta sin fin, demostraron que la buena música en vivo pasa también por muchos lugares y lo mas importante, por sensaciones.

         Larga vida a los Daft Punk.