Apenas entrar nos dispersamos y me ubiqué frente a la banda, a la misma altura del escenario apoyado en la baranda de la escalera caracol central. Al promediar el show cede por el peso de la gente como si fuese de aluminio y se dobla hasta quedar paralela al piso. Apretados como un tetris humano, acostados uno encima del otro, recuerdo a los de seguridad sacándonos como si fuéramos muñecos. Y no mas que eso, sin pasar nada de gravedad por suerte.
Ese hecho, junto a la alegría por mi primer show y la banda que tanto me gustaba, hizo inolvidable la experiencia. Por suerte hay un registro de ese domingo 13 de Abril de 1986 aunque el audio no sea el original.