

Libro bello que me llevó a la visión del viejo film y que me diera una nueva sorpresa por la calidad del mismo del cual transcribo mi crítica e impresión en esos momentos al ser visto.
El diario de Anna Frank más que un libro recomendable es un libro necesario.
The diary of Anne Frank (EEUU, 1959)
Guión: Frances Goodrich y Albert Hackett
Música: Alfred Newman
Fotografía: William C. Mellor
Montaje: David Bretherton, William Mace, Robert SwinkElenco: Millie Perkins, Joseph Schildkraut, Shelley Winters, Richard Beymer, Lou Jacobi, Diane Baker, Douglas Spencer, Dodie Heath, Ed Wynn
Duración: 160 minutos
6 nominaciones, 3 Oscar (actriz de reparto, mejor fotografía y dirección artística). Globo de oro a mejor película, todos los premios en 1960.
El film está basado en el diario personal escrito por Ana Frank durante su estancia en una habitación de Ámsterdam, oculta junto a su familia y otros judíos escapando de la persecución nazi durante el

La convivencia durante casi tres años (12/6/42 al 4/8/44) de ocho personas en iguales condiciones y espacio reducido, hicieron que surjan todo tipo de situaciones enriquecidas por la letra y mirada vivaz de la adolescente Ana.
Esa mirada llena de fuerza y pasión que Ana tenía en su vida y en su arte, fue muy bien traslada por el director George Stevens (Shane, Giant), que permite al espectador la empatía con todos los personajes casi por igual (hecho que no se da con la lectura del libro) y una fidelidad al texto que en este caso es positiva.
Claustrofóbica, casi sin exteriores y usando solo un par de decorados a pesar de las dos horas y media de duración la narración es ágil, usando con inteligencia y mesura la voz en off y evitando en todo momento -algo muy difícil- el melodrama. Claro ejemplo es el final, una clase de poesía y buen gusto.

Otros puntos altos son la excelente fotografía de William C. Mellor en un intenso blanco y negro y un bello juego de contrastes. La música de Alfred Newman es sobrecargada y bella, usada en pequeñas dosis. Se destaca Joseph Schildkraut en el rol del padre, la propia Ana (Millie Perkins) y la reconocible Shelley Winters como la señora Van Daan, personaje que parece desembocar por su interpretación y características, en la futura madre de Lolita (1962).

La podríamos ubicar sin desentonar (quizás menos espectacular pero no menos sentida), con los mejores exponentes del tema: El Pianista de Roman Polanski y La lista de Schindler de Steven Spielberg.