En el pasado 2017 estuvieron muy presentes muchos gustos de siempre. Escuché mas que nunca a Prince y a Bowie, leí dos biografías de Cortázar, miré películas de Woody Allen (también Batman-Superman), pero para mi yo interior lo reconozco como el año de Leonardo Favio.
Me di cuenta de ésto al revisar las fotos que saco sin pausa y que lo incluyen seguido durante los 12 meses. Sumémosle que volví a rever su Gatica y asistí a una muestra sobre sus cosas personales en un edifico municipal que lleva también su nombre. Todo junto reavivaron mi amor incondicional por él.
Y claro, su conocido "ser" peronista (en otro año nefasto para la política argentina), hace que mi cariño siga creciendo cada vez más con el paso del tiempo.