A la manera de un Frankenstein, armaría un adonis argentino ideal. Éste tendría los brazos de Vilas, las manos de Carlos Monzón y las piernas de Maradona. Y para coronarlo, la cabeza sería sin dudas la de Cortázar.
Entonces con ese dominio cerebral mi monstruo sería un escritor exiliado añorando a su querida Buenos Aires.
¿Deporte? Solo alguna caminata matinal quizá...
BAJOFONDO - PA´BAILAR