Si algo tuvo constancia en mi vida fueron las mudanzas. Tengo que hacer un esfuerzo para no equivocarme por omisión en el recuento y quisiera saber que impacto pudo tener eso en mi psiquis. Recuerdo desde niño odiarlas profundamente no por el futuro lugar de residencia sino por el perder amistades que se "abandonaban" para siempre.
De norte de la capital a sur de la provincia para volver a rehacer el ciclo al revés, el recuento me da unas 17 mudanzas repitiendo solo una vez el mismo lugar de residencia. ¿Algún bloguero en condiciones de superarme?. Se gana en adaptabilidad, se pierde en pertenencia y hoy el tándem La Boca/Barracas es mi lugar en el mundo. ✌
Desde el camión de mudanza se pueden vivir muchas cosas: La pérdida del perro 🐶 de la infancia, observar la mirada llorosa de la primera novia, la alegría /tristeza de independizarse.
La mezcla de nostalgia y satisfacción que me invade cada vez que paso por algún domicilio anterior de importancia para mí, hace que todo haya valido un poco la pena con tanto trajinar.
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Mi hermoso Puky, perdido en una de esas mudanzas. |