No puedo creer que nunca haya hecho mención a esa pócima mágica que es el café. Disfruto de miles de cosas simples (en eso me siento un privilegiado) y el café es una de ellas. Pero no soy un purista, puede ser en el un local de primera marca, uno de venta callejera o hecho en casa, todo vale. Pero si hay un dilema que da para discusión: lo prefiero cortado con leche... blasfemia!
Puedo tomar desde uno por día a mil, no corre eso de que menos cantidad es calidad. Me acompaña de mañana, a la tarde y a la noche después de comer. ¿De que otra cosa se puede decir lo mismo?
En este momento estoy disfrutando uno (no importa cuando leas esto). Un placer como pocos. ¿El tuyo cuál es?