
El cantante, vestido al estilo de un oficinista de 9 a 5, usa movimientos espasmódicos. La camisa estilo Mondrian del guitarrista tampoco ayuda y su extraña guitarra tiene solo 4 cuerdas. Las coristas anclaron su peinado y vestimenta en los 50' y en una película de ciencia ficción de Ed Wood. No hay bajista pero si mucho humo y burbujas. Y la letra va sobre un cangrejo rockero.
Todo esto hace que la canción y el video sean un monumento al kitsch, al rock bien entendido como arte a la manera de los Talking Heads pero quitándole toda clase de solemnidad. Sumamos esos teclados nerviosos y los coros galácticos para redondear una música animal por carecer de arreglos, en forma de zapada y con cencerro! No se puede pedir mas minimalismo. Huele a prehistoria del rock.
Casi 5 exagerados minutos para ser un hit en su momento y con letra que hasta a Los Pixies les sonaría un tanto extraña. De cuando los cangrejos tenían rock...
PD: Y felicitaciones al de la idea de llamarlos para la canción principal de la película de Los Picapiedras... por entender todo. Una genialidad. Qué otros más que ellos podrían haber sido elegidos...