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martes, 26 de febrero de 2019

Peter Gabriel - So (1986)





          Lejos de hacer una reseña de este gran disco de los ochenta, quería hablar un poco de Peter y mi relación con él. Suena algo pedante y él no me conoce pero bueno, yo a él sí (?). Me da alegría verlo en videos recientes conservando su buena forma y entusiasmo en el escenario. No digo lo mismo de su figura y apariencia ya que fue mutando en algo parecido al Dr. Evil (sé que soy viejo para las referencias pero es lo que hay). Pero ese no es el tema acá.

          Llegué a él por Phil Collins. Odiaba al pelado como solista pero le di una chance con su banda Génesis y me gustó bastante. Luego escuché sus primeros discos y me gustaron mucho más. Y ahí llegó la duda de saber si Génesis con Gabriel al mando era tan bueno como se decía. Y sí, lo poco que escuché me parece a otro nivel.

          Un músico que voló rápido del éxito con su banda y está en una búsqueda constante de progreso musical con nuevos sonidos y culturas, un combo muy valorable para mí. Una especie de David Byrne pero más encriptado y solitario. Para pocos bah.







          Todo ésto me lleva a So porque fue el único CD que tuve de él y hasta tuve un vinilo de su corte Big Time, mi canción favorita. Pero el disco es mucho más que eso. Y sino descúbranlo con este par de videos 
de dos canciones gancheras para que vean su gran show también.

          El extraño Peter Gabriel una anacronía para los días que corren pero también algo necesario para combatir tanto "malumaje"...


 









miércoles, 23 de mayo de 2007

De Kubrick a Prince, pasando por Nirvana y Woody Allen



"Los grandes hombres, al igual que las cosas bellas,
siempre tienen puntos en común".
Francois Truffaut




         La idea de esta nota me la da mi relación con mis dos expresiones artísticas favoritas: cine y música. Ya saben que me gusta relacionar o comparar todo lo que me atrae. En una nota anterior contaba que Peter Gabriel lanzaba su esperado y nuevo álbum Up con problemas de censura y exactamente diez años después de su predecesor Us (el anterior era So, otros seis años de diferencia y otro monosílabo).


          Me vino a la mente la analogía con Stanley Kubrick, conocido entre otras cosas por tomarse su tiempo entre películas y por sus polémicas. Sus tres últimas obras fueron El Resplandor (1980), Nacido para Matar (1986) y Ojos Bien Cerrados de 1999. Casi las mismas distancias que se tomó Gabriel para realizar su trabajo.


           Ahí terminó de germinar la idea. Sobre las no pocas semejanzas entre las estrellas del rock y los directores estrellas del cine. Para mi sorpresa, comenzaron a brotar nombres de rockeros y cineastas ligados por algo más que meras bandas sonoras, que darían para una nota aún mas extensa.



EL RESPLANDOR

          El ejemplo de Gabriel y Kubrick no es azaroso. No solo sé emparentan los tiempos de trabajo si no la misma obsesión perfeccionista. Tanto uno como otro realizaba el trabajo final consumado después de años de planificación y retoques, no dejando por ello de estar activos en ningún momento. Señalados como obsesivos, solitarios, intratables e incapaces de labor en conjunto, en medida extrema en el caso de Kubrick.

          En su mejor forma ambos en el mismo período de tiempo, a principios de los 70. La más rica etapa para muchos de Génesis y su rock sinfónico, fue entre 1969 y 1975, hasta que Peter se cansó de dividir las tareas en grupo y comenzó su carrera solista. En el caso del director la mítica 2001, odisea en el espacio (1968), La Naranja Mecánica (1971) y Barry Lyndon (1975), son señaladas como la mejor etapa de su obra por los críticos y la que cimentaron su fama.


         Luego, al igual que Gabriel en solitario, Kubrick espaciaría más sus trabajos logrando ambos la misma calidad y reconocimiento que antaño en sus prestigiosas carreras.




SIGNO DE LOS TIEMPOS

          Otro caso es el de Woody Allen y Prince. Dirán ¿Qué tienen que ver un judío y un negro? Tienen y mucho.

          No solo la coincidencia de ser músicos, actores y directores a la vez (Woody sigue tocando el clarinete en público y Prince dirigió dos de sus tres películas) sino también por lo prolífico de su obra, la obsesiva permanencia en sus lugares de residencia (uno en Minneápolis con su mansión/estudio de grabación y el otro en su decorado eterno Manhattan), y también por ser mimados incondicionalmente por la crítica especializada aunque muchas veces no lo merezcan. 
Woody Allen nos tiene mal acostumbrados a una película por año. Prince ha exigido a sus fans con 2 o 3 discos en el mismo lapso de tiempo, los que los hace fuera de lo común a ambos en las dos artes.


          Por sus estilos tan particulares, son artistas del género ámalo-o-déjalo, sin punto intermedio. Considerados independientes dentro del mismo sistema, se nota más claramente esto en Prince por tener desde hace unos años sello propio y por ende una clara autonomía.


         Sin interesarles las críticas, se mantienen en su estilo con pocos matices: Funk con arreglos rockeros y comedia de situaciones. Cuando se desvían de ello, son criticados por salirse de sus reglas. Socialmente también análogos por su extrema tímidez y reclusión, de bajo perfil.


          Con carreras con altibajos pero con grandes obras, geniales, petisos y quizás, mis dos preferidos.





TIEMPOS VIOLENTOS

          La irrupción arrolladora que hizo Quentin Tarantino en los noventa, con una inusual fuerza creativa, es similar a la sensación de aire renovador que dejó Nirvana en el rock meses antes. Dos artistas surgidos del under y con actitud provocadora. Quentin y Kurt. ¿Dos recicladores o dos genios? Odiados y queridos por igual, solo el tiempo tendrá la respuesta.

          Con Perros de la calle (1992) y Tiempos Violentos (1993) este empleado de videoclub se convirtió en el chico malo de hollywood e influencia revitalizadora de toda una nueva generación.


          Kurt Cobain y su halo encantadoramente trágico, junto a una excelente banda -pero principalmente por él-, lograron con solo dos discos como Nevermind (1991) e In Útero (1993) destruir el imperante pop liviano de los ochenta mezclando furia y desesperación, destronando de paso a Michael Jackson y Guns N'Roses y creando la movida grunge abriendo el camino a toda una generación de nuevas bandas.


          Curiosamente a partir del suicidio de Kurt Cobain -abril del 94- pareció también apagarse la estrella e inspiración de Quentin. Igualmente se espera mucho de él, como esperamos el box-set de canciones inéditas de Nirvana. Dos artistas inigualables dentro de sus contextos.





EL EXTRAÑO MUNDO DE JACK

          El mundo de fantasía que crea Tim Burton en sus películas se parece mucho al que Michael Jackson "vivía" en su rancho Neverland. Infancia difícil en ambos casos y una particular coincidencia digna de Freud en la proliferación de monos. Ese parque personal de Michael y El planeta de los simios en el caso de Tim. La analogía más evidente son lo freaks, infantiles y geniales que son los personajes creados por ambos y ellos mismos también.

        Seres melancólicos bordeando lo naif, pero con una marcada faceta dark rozando lo paranoico (algunos films de Burton y los eternos problemas judiciales de Michael). Frágiles, antisociales, queribles y peligrosos. Michael sobrevive por el momento editando grandes éxitos.


          Aunque con este tipo de artistas nunca se sabe su próxima jugada, esperemos por el bien de la fantasía en el cine y por la propia actualidad de ambos, que Burton envejezca mejor que Michael.






INTELIGENCIA ARTIFICIAL

          Steven Spielberg es un hacedor de films taquilleros y efectistas, lacrimógenos y fantásticos, entretenidos y sólidos. Utilizando en su obra, el costado blando y sentimental del séptimo arte. Puntos en común con otro gran artista con canciones gancheras, pegadizas y populares. Un músico -nombrado desde hace algún tiempo Sir- llamado Paul McCartney.

         Siempre presentes ambos en toda lista que se haga de los más populares o vendedores de todos los tiempos. Tanto en cantidad de discos -etapa The Beatles, no tanto en su carrera solista- como en espectadores -Jurassic Park, E.T., Indiana Jones- decayendo los dos ùltimamente pero con sus prestigios intactos y siempre vigentes.


          Por siempre cargarán con las pesadas mochilas de sus eternas sombras negras, los difuntos -e idolatrados por ellos mismos- Stanley Kubrick y John Lennon, que no dejarán de sobrevolar amenazantes a sus obras e incluso, a seguir influenciándolas de una manera casi decisiva.





MOULIN ROUGE

          Son análogas la madurez, sapiencia y permanencia en el medio, como así también su condición de mitos, las carreras de Clint Eastwood y Bob Dylan. La crudeza, vivencia callejera y ritmo de Spike Lee y el cantante de rap del momento: Eminem. La unión/desunión, amor/odio, encuentro/desencuentros de los hermanos Coen y los hermanos Gallagher, aunque estos últimos en una mayor medida. El nivel de lirismo, hermetismo y poesía de Jim Jarmush con nuestro flaco Spinetta.


          El paralelismo de las obras de Francis Coppola y Martin Scorsese y su mote de clásicos, se podrían emparentar con los Beatles y los Rolling Stones. Podría continuar con las semejanzas o extenderme más en alguna de ellas, hasta no podrás estar de acuerdo conmigo en algún ejemplo y quizás tengas otros más, pero creo, que finalmente que vamos a coincidir en un punto:

          Son el cine y la música tan inseparables en nosotros y nuestros recuerdos porque nos despiertan sensaciones persiguiendo un único fin: Hacernos mejor y más llevaderas nuestras vidas.