Las estatuas se las realiza para recordar a héroes que ya no están e inmortalizarlos para nuevas generaciones. Cuando te lo hacen en vida y en plena competencia (eso es lo más extraño), es cuando se sabe que sos una leyenda insuperable.
13 títulos (en 16 presentaciones) en uno de los dos torneos más importantes del tenis (casi como ganar un mundial de fútbol), dan razones de sobra y ameritan que se la haya realizado. Hubo cierto desdén de los franceses siempre para con Rafael (¿será porque es español o pura envidia?) y algunos critican que la estatua no lo representa o que quizá, es un signo de mal agüero para el inminente comienzo este fin de semana del torneo.
Para los "nadalistas" como yo es un placer ver que él se vea reflejado en una estatua de tres metros de alto, que estará en la entrada de su torneo favorito para siempre.
La idea tiene unos tres años y se había filtrado una foto que se decía era el proyecto original -que me gustaba algo más- pero el nuevo creado con Nadal "en el aire" y como un hombre de acero, no está nada mal.