Disco emblemático de los 90's, banda sonora colectiva, El amor después del amor mas allá de ser el disco mas vendido de la historia del rock argentino se hizo leyenda por la "terrible" calidad de sus 14 temas.
Caso que se da solo cuando se alinean los planetas, irrepetible por la situación de un artista en su plenitud compositiva, rodeado de la gente correcta y con algo que decir. Aunque se esté enamorado, con la gracias de un amor pleno, también se pueden hacer grandes discos. No es pretencioso decir que es uno de los mejores que se hicieron por estas pampas.
Festejarlo con la excusa de su onomástico de dos décadas, tampoco tiene precio. Páez, de gala y trajeado de negro al comienzo y de blanco al final, no desentona en el escenario. Fuerte vocal y físicamente, de buen humor y contando anécdotas que vienen al caso, con una banda que suena muy bien y una vocalista estrella Adriana Ferrer made in Colombia, una especie de Macy Gray pero si estuviese buena. Mariano Otero en el bajo (músico de jazz), es un lujo y el guitarrista Dizzy Espeche sabe calcados todos los solos de los temas pero con expresión, solidez y propio estilo.
Gente melancólica presente de todas las edades, incluso en los alrededores escuchando y viendo las 2 pantallas gigantes, en un show gratuito y con buen clima... que mas se puede pedir. Al que discuta hoy de Fito le digo que pocos (muy pocos), pueden tocar mas de 2 horas enteras haciendo solo hits, sin tema de relleno.
Las visitas muy festejadas -en la pantalla- de Calamaro y Spinetta (momentos mágicos y emotivos), junto a las presencias físicas de Celeste Carballo, la musa eterna Fabiana Cantilo y hasta Charly García (parece perdido siempre por el escenario), para hacer el clásico Ciudad de pobres corazones fueron un plus que le dieron mas relieve aún a una noche de goce total.
Fito para presidente señores!!...