Lo sé, no soy original. Borges comentó que también lo hacía y Henry Miller, un fanático de la práctica dijo que era casi su único medio para leer. Incluso hay una "Semana nacional de la lectura en el baño" en los EEUU. De no creer.
Y eso me lleva a otra pregunta clave: ¿Qué llevar al baño? Algo pasatista, para leer rápido en solo esos minutos que lleva "el trámite" o un libro y leerlo en fascículos, de forma lenta pero constante, productiva. La respuesta no la sé.
Lo mío en el "trono" es como mínimo caótico. Puedo llevar la Rolling Stone para ponerme al tanto (cualquier artículo me da igual), o irme a la otra punta y llevar un libro gigante (de Cortázar digamos) para avanzar en la lectura sobre él.
Lo mío en el "trono" es como mínimo caótico. Puedo llevar la Rolling Stone para ponerme al tanto (cualquier artículo me da igual), o irme a la otra punta y llevar un libro gigante (de Cortázar digamos) para avanzar en la lectura sobre él.
La contraindicaciones del rito es que uno se queda tiempo de mas y no contribuye mucho a lo que se "está haciendo de verdad". Me queda el aliciente que hace que lea más de lo que lo haría. Otra tema es el quedarte "sin piernas": al apoyar los codos en las rodillas y no darte cuenta del tiempo, no funciona el irrigado y hay que esperar a reponerse. Y al ser tantos, hasta se hizo popular algo tan freak como el tener revistero en el baño.